Los ríos están animados y las truchas se ven tentadas con toda clase de señuelos, aunque los regulados siguen a la baja y es difícil hallarlas en plena actividad.

La tradición de la Semana Santa leonesa, que se remonta al siglo XVI, es una de las manifestaciones populares más significativas y de mayor atractivo turístico de nuestra provincia. Cada año se acercan miles de visitantes a León a disfrutar de su culto y procesiones, pero también de su patrimonio, su gastronomía y cómo no de la pesca recreativa de la trucha en unos paraísos fluviales inigualables.

Recién levantada la veda de la trucha en León son muchos los visitantes que aprovechan esas vacaciones para procesionar, pero también para pescar. Así es que los ríos se han visto muy animados y las truchas tentadas con toda clase de señuelos. El buen tiempo animó a la pesca, pero no todo fue favorable. Los ríos regulados siguen a la baja y no es fácil encontrar truchas en plena actividad. Es por esto que los que mejor resultados está dando son las ninfas por los fondos y el cebo en los AREC. Recordar que, en las aguas en régimen especial controlado, AREC, solo se podrá pesca con lombriz los martes, miércoles y viernes.

Los especialistas en la pesca a cucharilla también están consiguiendo buenos ejemplares, principalmente en los grandes ríos, Esla, Órbigo, Porma, Cea y Sil. Sin embargo, los virtuosos de la pesca a mosca son los que menos posibilidades tienen para realizar capturas, dado que las eclosiones de insectos son muy escasas y de poca duración, pero así y todo en la modalidad de pesca a la leonesa, en horas del mediodía, se está pescando regular.

Como mencionamos anteriormente las ninfas fueron los señuelos más efectivos; las microninfas y sobre todo los perdigones. El ‘perdigón’ ha revolucionado el mundo de la pesca al hilo con ninfas, convirtiéndose en unos de los señuelos más efectivos para pescar entre aguas y por el fondo. Este invento del asturiano José Carlos Rodríguez, que fue pescador de alta competición, nació de la necesidad de imitar las ninfas de bétidos del río Piloña. Esto fue allá por el año 2002 y su gran efectividad lo ha convertido en uno de los señuelos más usado en todos los ríos del norte peninsular. Así que anzuelos irisados, con cabeza dorada o blanca y vestidos de mil colores fueron los reclamos más utilizados en estos principios de temporada.

Las aperturas de temporada no suelen ser sobresalientes, pero este año y gracias a un tiempo extraordinario son muchos los pescadores que, aprovechando estas circunstancias, han salido al río para realizar su afición favorita en plena naturaleza y con resultados favorables. En un tiempo inesperado vale la pena disfrutar estos comienzos y pescar, hacerlo con ninfas o a cucharilla, a mosca seca o a la leonesa, para aprovechar el momento en que los ríos naturales nos ofrecen su mejor versión.

Ríos como el Duerna o el Ería bajan perfectos para la pesca, pero también los del Bierzo o los de la montaña central, Bernesga, Torío y Curueño. Omaña y Luna no se quedan atrás en sus buenas condiciones. La Confederación Hidrográfica del Duero regula todos los ríos represados a la baja, manteniendo unos caudales mínimos y es aquí donde no se dan las mejores circunstancias para la pesca. Estas medidas adoptadas son motivadas a causa del estiaje natural que sufren todos los ríos que se surten fundamentalmente de manantiales procedentes de los acuíferos y vertientes de las montañas. Dichos manantiales se encuentran debilitados tras un invierno extraordinariamente seco. Hay que esperar que el tiempo cambie y llueva lo suficiente para que los ríos no sufran ese estiaje que ya se pronostica.